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Texto de apertura: Sagrado Pop

  • Foto del escritor: María Mercedes Sánchez
    María Mercedes Sánchez
  • 8 oct
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 22 oct

Texto curatorial Elena Ortiz de Arenas


Ingresar a una exposición no es simplemente cruzar una puerta: es atravesar el umbral de lo cotidiano para sumergirse en un territorio simbólico, donde lo sensorial y lo espiritual se entrelazan.

La atmósfera silenciosa que reina en una sala de arte —ese recogimiento casi reverencial— invita a la contemplación, al asombro y al respeto. Allí, el espíritu se encuentra con ideas elevadas que emergen del imaginario íntimo del artista y se manifiestan como un llamado hacia la belleza, la armonía y la reinterpretación del mundo que habitamos.

Esta experiencia estética, que puede parecer etérea, guarda una profunda semejanza con el sentimiento que nos envuelve al entrar en un templo: un espacio donde residen nuestros símbolos personales, aquello que conecta nuestra existencia con una dimensión superior.

Y, ¿qué mejor que el arte para capturar y expresar esos momentos sublimes de la vida que han sido proyectados en la cultura a lo largo de los siglos, mediante el ejercicio intelectual y sensible de la creación?

Desde Giotto hasta los creadores contemporáneos; desde las pinturas rupestres —esas “capillas sixtinas” de la prehistoria— hasta las instalaciones tecnológicas actuales, el acto creativo ha sido, y sigue siendo, un ritual cargado de sentido: una práctica sagrada que se nutre de la experiencia diaria, de la rutina de existir.

En las horas de introspección, ese ritual abre un espacio interior donde lo humano se eleva hacia lo trascendente.

Esa es precisamente la invitación que nos reúne esta noche ante las puertas del templo del arte: una exposición que nace de lo popular y nos conduce, con naturalidad, hacia lo ceremonial, reflejando en sus formas el espejo de nuestras propias vivencias.

“Sagrado Pop”, de la artista santandereana María Mercedes Sánchez, es una propuesta que encarna el sincretismo espiritual de nuestra época.

A través de técnicas contemporáneas como el ready-made, el collage, la instalación, la impresión 3D y otras formas híbridas, la muestra articula una visión personal del mundo espiritual.

Las obras nos proponen un mensaje silencioso pero poderoso, donde lo ritual se entrelaza con lo cotidiano, revelando cómo nuestra percepción de lo sagrado se transforma constantemente bajo la influencia de la cultura popular, la tecnología y la memoria.

Les invito, entonces, a despojarse de lo rutinario y adentrarse en este universo simbólico del arte pop, donde la mirada se transforma de forma inmediata.

Y más aún, los animo esta noche a detenerse en el mensaje claro y profundo de las obras de María Mercedes, sumergidos en un ambiente escénico, introspectivo y luminoso, donde las imágenes se proyectan como una luz que toca nuestra visión interior.

Un espacio, un recinto, un conjunto de expresiones artísticas que aligera nuestras cargas históricas y nos entrega, con humor, ironía y profunda espiritualidad, un testimonio transparente de nuestra relación con lo sagrado en tiempos contemporáneos.

Bienvenidos.


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